jueves, 25 de agosto de 2011

Te aferras y el viento te lleva igual


Vamos buscando cielos, vamos buscando sueños,
Vamos queriendo besos, vamos queriendo amor,
Vamos olvidando la verdad, vamos olvidando todo.
Vamos creando ilusiones, vamos creando viento.
Vamos a vivir, vamos a volar.


La cuestión de estar siempre en algún pensamiento, de estar buscando su sonrisa, esa sonrisa, la de ella, la de amor. La que llega siempre en el momento justo, la que siempre te alegra el día aunque ya sea de noche. Y uno piensa, uno ve, y cree que esta perdido, y nos dejamos llevar una vez más. Nos dejamos engañar por ese todo, por ese gusto, el de soñar.
Y cuando la conocemos, pensamos, y creamos. Cuando la conocemos un poco más, creamos aún más, y nos gusta, y queremos ya. El mundo cambiamos, la luna bajamos, el sol creamos. Sonreímos a cualquier hora y en cualquier lugar. Y no sabemos hasta donde va a llegar, ni siquiera si será. Solo nos sentimos bien con tal de que este, que tan solo escriba, diga, o mire algo o mucho de nosotros.
Antes, del pasado habíamos heredado el olvido y habíamos olvidado la luz brillante de los ojos y el poder que envuelve la sonrisa. Y nos quema esa luz, todo el tiempo nos envolvemos en el pensamiento de sonrisa. Y sonreímos, al cielo, a las nubes, al sol, a nosotros mismos.
Pero digamos la cuestión de si, como quien no quiere la cosa, es verdaderamente real el asunto. En nuestro pensamiento ya tiene lugar, y por las acciones dadas creemos que en ella también, pero no lo sabemos, solo confiamos en lo que pensamos, confiamos en el amor, en el tiempo, en el destino. Pero sabemos que tenemos algo a nuestro favor, somos invencibles, creemos en volar, creamos en soñar, en lo imposible. No hay nada que nos detiene ni pueda hacer daño. Nos sumergimos con las mariposas en la panza, nos sumergimos en el viento, abrimos nuestras alas y tratamos de demostrar que tan alto podemos volar. Pero lo que ella no sabe es que también tiene que ver, mirar, porque es su mirada la que nos hará volar alto, sino abrimos las alas y nos echamos al azar, nos echamos sin mirar a la brusca caída del desear y no obtener, de buscar sin encontrar. Y volvemos a olvidar. Pero si el olvido no se apresura podemos detener el tiempo, podemos hacer eterno el momento, el momento de sensaciones de amor, de sensaciones mágicas, imposibles de creer para las personas posibles. Entonces la rueda sigue girando, y nosotros queremos querer, pensamos en pensar, sentimos al sentimiento. Y vamos a buscar, a llegar, a volar, a vivir.

Otoño de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario